Acción, valentía y resistencia. El rugby en silla de ruedas participa oficialmente de los Juegos Paralímpicos desde Sydney 2000, siendo disputado por equipos mixtos de atletas con pérdida de función en los miembros.
CÓMO EMPEZÓ TODO
Creado en 1977 en Winnipeg, Canadá, el rugby en silla de ruedas surgió como iniciativa de un grupo de atletas tetrapléjicos que buscaban alternativas al baloncesto en silla de ruedas. Fue bautizado inicialmente con el nombre de murderball (algo así como “bola asesina”), debido al fuerte impacto entre los jugadores.
El primer campeonato internacional ocurrió en 1982, con equipos de Canadá y Estados Unidos. Cuatro años después se estrenó el rugby en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996, como deporte de exhibición. En los Juegos de Sídney 2000, pasó a integrar el programa oficial del evento. Desde entonces, pasó a formar parte de la agenda de todas las ediciones de los Juegos Paralímpicos y su presencia en Tokio 2020 ya está garantizada.
SOBRE LA COMPETICIÓN
El rugby en silla de ruedas es un deporte dinámico y de mucho contacto; el contacto se permite e, incluso, se incentiva.
El juego combina elementos del rugby, del baloncesto y del voleibol, siendo disputado por equipos mixtos. Los equipos están formados por cuatro titulares y ocho reservas, todos tetrapléjicos o con los cuatro miembros comprometidos.
El objetivo del juego es acumular el mayor número posible de goles. Estos se marcan cuando un atleta lleva la pelota a través de la línea de gol. No hay empate. Cuando es necesario, el juego se extiende por tres minutos adicionales. El equipo tiene 40 segundos para marcar un gol, con solamente 12 segundos para pasar a la mitad ofensiva de la cancha. El partido se disputa en cuatro tiempos de ocho minutos, con cinco minutos de intervalo entre el segundo y tercer cuartos,minutos en los otros intervalos.-
Fuente: https://www.rio2016.com
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